en colaboración con
Alexandra Murcier
(Nutricionista-dietista independiente)
Ya sea con queso natural, ahumado o con trufa… La raclette siempre es una opción deliciosa. Sin embargo, al día siguiente, muchas veces podemos lamentar haberla disfrutado tanto. Para evitar las consecuencias de este plato invernal, la nutricionista Alexandra Murcier nos ofrece algunos consejos nutricionales tras una comida copiosa de raclette.
La raclette: un banquete reconfortante para el invierno
La receta tradicional de raclette incluye queso, pequeñas patatas cocidas, diferentes embutidos (como jamón, salchichón y panceta), además de encurtidos y cebollitas en vinagre. Este plato suele ir acompañado de vino blanco y, en ocasiones, de verduras al vapor como zanahorias y brócoli.
El inconveniente es que este plato tan sabroso es también muy rico en grasas. El queso raclette contiene entre un 35% y un 45% de grasa, mientras que las patatas son ricas en carbohidratos. Además, los embutidos suelen tener un alto contenido en sal y grasas saturadas, lo que puede elevar el colesterol malo en el organismo.
Ante esta realidad, Alexandra Murcier aconseja ser cauteloso y no «excederse» durante la comida.
«En el día de la comida, es recomendable equilibrar la raclette: elegir embutidos menos grasos y añadir verduras para balancear el plato«, sugiere Alexandra Murcier.
Descansar de los excesos: el día después de la raclette
Al amanecer, si uno se siente con malestar estomacal, es fácil arrepentirse de haber saboreado la deliciosa raclette. Pero no hay que rendirse, podemos tomar el control de la situación.
Hidratación adecuada
«Es fundamental hidratarse bien después de la comida: el queso y los embutidos contienen mucho sal, lo que provoca retención de líquidos. Beber abundante agua ayuda a eliminar toxinas, especialmente si se ha consumido alcohol con la raclette, que también deshidrata«, afirma la especialista.
Desayuno ligero y almuerzo saludable
«Es aconsejable tener un desayuno ligero, como frutos secos y una pieza de fruta. En el almuerzo, se puede optar por proteínas ligeras como pescado o mariscos, acompañado de carbohidratos integrales y muchas verduras, preferiblemente crudas, para ayudar a eliminar líquidos. Es mejor usar poca grasa o salsas para no sobrecargar el hígado, terminando con una fruta«, recomienda la nutricionista.
Evita azúcares y lácteos el día siguiente
Finalmente, es recomendable no consumir «dulces» ni «queso» el día siguiente a la comida.
Una sopa ligera y a descansar…
«Para la cena, una sopa con legumbres puede ser ideal, acompañada de un yogur y una fruta«, concluye Alexandra Murcier.
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