En la panadería, el flan es sin duda uno de esos placeres dulces que todos adoramos. Sin embargo, su composición a veces deja mucho que desear. A continuación, te mostramos cómo diferenciar un auténtico flan de uno industrial, ¡para cuidar tu salud!
¿Qué ingredientes componen un flan pastelero?
El flan pastelero, conocido también como «flan parisino», es un postre típico de la gastronomía francesa. Generalmente se compone de dos partes esenciales:
- La masa. Tradicionalmente, el flan se elaboraba con una masa quebrada. Sin embargo, muchos chefs y panaderos han comenzado a utilizar la masa hojaldrada, que aporta un contraste crujiente muy interesante.
- El relleno. Una vez que la masa se ha cocido en blanco, se añade una crema pastelera hecha con leche entera, azúcar, vainilla en vaina, maicena y nata líquida.
Este es un conjunto de ingredientes delicioso, pero no tan ligero para nuestro cuerpo: debido a los huevos, la leche entera, la nata y el azúcar, el flan resulta ser bastante calórico. Por lo tanto, es un postre que puede convertirse en un problema si se consume en exceso o con demasiada frecuencia (¡cuidado con el aumento de peso!).
Beneficios del flan, si se elige bien
Aun así, el flan tiene algunos beneficios que no debemos pasar por alto. Es una buena fuente de proteínas, que son esenciales para la salud muscular y para mantenernos saciados. Además, la leche y los huevos que contiene aportan vitaminas y minerales (como el calcio, fósforo y vitamina D) vitales para la salud ósea. Por supuesto, esto es válido solo si optamos por un flan de buena calidad.
La elección de los ingredientes es clave. Muchos panaderos eligen utilizar un polvo de flan industrial, que es más económico y conveniente. Este polvo, que incluye un espesante, huevos en polvo y aroma artificial de vainilla, se mezcla con un poco de leche caliente y logra imitar la apariencia caramelizada del flan.
El verdadero sabor del flan casero
El problema radica en que, al probarlo, la experiencia no se asemeja al auténtico flan. La textura del flan industrial tiende a ser «elástica» y su color varía entre un amarillo tenue y un amarillo fluorescente, muy alejado del hermoso color crema que esperamos.
Un aspecto importante a considerar es la vainilla. En el flan casero, los pequeños puntos oscuros indican la presencia de una «auténtica» vaina de vainilla. En contraste, el flan industrial no muestra ningún punto visible, lo que significa que la esencia de vainilla es completamente artificial.
Por lo tanto, la próxima vez que te dé ganas de disfrutar un flan, asegúrate de observar cuidadosamente la apariencia de este manjar en tu panadería local. La calidad marca la diferencia.
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